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                                                ¿Pinchas o floreces?

Me vas a permitir que te cuente la historia de los cardones. Son una especie de cactus que han aprendido durante miles de años cómo adaptarse a un medio difícil como el desierto. Cuando nacen son muy pequeñitos y son plantas carnosas que contienen agua, por lo que son muy apreciados como alimento por los animales que habitan esas tierras. Pero los cardones han aprendido a producir púas que les rodean, para evitar ataques.
Para sobrevivir hay que decidir en qué invertir la energía. Es necesario fabricar púas para defenderse cuando hay debilidad, pequeñez, adversidad insuperable...pero con el crecimiento y la  madurez,  la situación cambia y es posible dedicar la energía de otra manera.
Los cardones cuando llegan a una altura que no pueden ser ya devorados, dedican su energía a florecer, y esos cactus aparentemente tan duros regalan flores preciosas, amarillas, naranjas, .rojas, rosas...
Cuando atravesamos crisis, momentos difíciles en nuestra vida, nuestra energía se centra en protegernos. Pero lo cierto es que todas las personas  tenemos recursos no solo para defendernos sino también para florecer y vivir. Tal vez desconozcamos nuestros recursos para florecer o no los hayamos empleado suficientemente para aprenderlos.
Te propongo lo siguiente:
Piensa cómo actúas cuando te sientes amenazada y cuando tienes dificultades. ¿Cómo empleas tu energía?:
¿Dedicas la energía al enfado, la queja, la pena, te paralizas, te encierras?
¿Dedicas la energía a buscar alternativas y apoyos para estar mejor? ¿Te comunicas? ¿Actúas?...
Ante el peligro y los problemas nos defendemos. A medida que crecemos y maduramos emocionalmente aprendemos a defendernos  sin aislarnos ni agredir, utilizando estrategias que nos ayudan a vivir y a estar mejor.

                                                         Gema P.

                                                         Psicóloga Fundación Adsis Asturias