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Uso y abuso de psicofármacos que cronifican, sin resolver, problemas de ansiedad, depresión o malestares de origen diverso de muchas mujeres. "Esa es una realidad que cada vez más se está viendo en los estudios, en las consultas y en la vida diaria", afirma Gemma Pérez Guadilla. Y de esa realidad hablará hoy en sta psicóloga, especialista en clínica y trabajadora del programa de Centro de Día de la Fundación Adsis Asturias -que lleva más de una década dedicada a la integración social de personas con problemas de adicción a sustancias- en el Club LA NUEVA ESPAÑA de Gijón. La cita es a las 20.00 horas en la sala cultural Monte de Piedad de Gijón, con entrada libre para todos los interesados. La presentación del acto corre a cargo de Cristina García Fernández, coordinadora del voluntariado de Adsis. 

La intención de Gemma García es "ayudar en la reflexión de un problema que ya ha logrado hacerse visible y que incluso se recoge, de alguna manera, en las nuevas leyes de atención a las drogodependencias" pero que necesita aún más procesos de reflexión social. 

Para la psicóloga, nunca se debería perder de vista que "los fármacos, ya sean antibióticos o ansiolíticos, deben ser administrados con prudencia y con rigor, porque tienen efectos secundarios y porque en algunos casos pueden crear dependencia". Y a eso habría que añadir que "aunque en un momento dado se pueda notar un alivio o mejorar un síntoma recurriendo a un fármaco, eso no supone que se vaya a acabar con el malestar que angustia a la mujer". El déficit, según Gemma Pérez, está en que "pocas veces se plantea que lo necesario es abordar esos malestares, su origen y sus causas, de una forma integral", lo que supone proponer una intervención psicosocial.