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La libertad se pone el mono de trabajo
La libertad se pone el mono de trabajo
09/07/2010 - 00:00

La fundación Adsis y Javier Illarramendi, padre del programa de inserción social de personas drogodependientes de la cárcel de Villabona, siguen empeñados en llevarle la contraria al tópico de que las prisiones sirven para todo menos para rehabilitar a los reclusos. Y paso a paso, día a día, parece que están consiguiendo derribar un mito alimentado por el cine y la televisión. El último ejemplo vivo de su eficiente labor lo constituye un nuevo campo de trabajo en el que participan presos llegados del citado programa.

Esta vez el destino vuelve a ser el concejo de Morcín, diez años después de su primera participación. Durante toda esta semana, un grupo de 18 reclusos colabora con los voluntarios de Adsis en la rehabilitación y puesta en valor de varias rutas incluidas en el proyecto de 'Anillo ciclista' que impulsa el Consorcio de la Montaña Central.

En la Carballosa, un paraje próximo a Santa Eulalia de Morcín, dos presos, Sinesio Delgado, de Avilés, y el madrileño Lázaro Blanco trabajan en compañía de las voluntarias Alba Suárez y Mifaya Mederos. Lo hacen con normalidad, con un compañerismo digno de los miembros de una cuadrilla. Para los primeros, esta bocanada de libertad y, por qué no decirlo, de dignidad, representa un pilar básico sobre el que apoyar sus esperanzas de volver a ser útiles a la sociedad.

«Te sientes en libertad»

Para Delgado, el campo de trabajo es «una experiencia muy buena no sólo porque te sientes en libertad sino también para que la gente vea que puedes hacer cosas de provecho; ahora me veo fuerte para salir y buscar trabajo». Blanco, con treinta años de condena a sus espaldas, destaca la importancia de estas actividades, ya que «consiguen acercarme a la sociedad».

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